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domingo, 24 de mayo de 2009

Vientos de cambio....

Un día estaba desahogándome con una amiga, y ella me dijo... "Vero, tu no has perdido nada... no te das cuenta lo que has ganado? Quizás eres quien mas ganó en esta historia"

Y comencé a pensar en eso… Que estaba sucediendo en mi vida?

Sin duda vientos de cambio… asustan un poco porque vienen y te arrebatan la comodidad de la rutina, pero no se llevan tu aprendizaje, aunque preguntes si ha valido la pena, ni te quitan la claridad de tus metas aunque quizás nublen un poco el horizonte, los vientos solo cambian el escenario, la perspectiva… pueden nublar un poco la realidad pero no la desaparecen, no te apartan del camino, generalmente te reconducen a él cuando has perdido el rumbo por alguna decisión tentadoramente equivocada.

Eso era lo que venía pasando en mi vida… Venía guiándome por las decisiones irresistibles, pero equivocadas… y miraba las estrellas desde el reflejo del agua, sin saber que con sólo levantar la mirada podría ver el cielo completo sobre mí.

Así que cuando una traviesa duendecilla de los bosques decidió que tiraría una piedra en el arroyo desde donde yo contemplaba mi cielo, mi universo reflejado en el agua se volvió distorsionado y perdió la belleza… se apoderó de mí la angustia… Y cuando ella pensó: “que tal si me doy un rico baño en ese arroyo?” y se sumergió en él, se perdió por completo el reflejo de mi cielo… porque las ondas de sus actos llegaban a mi orilla.

Viví mi noche oscura… Confundida, conciente de los cambios que se avecinaban, buscaba recuperar la quietud del agua, solo para poder ver de nuevo las estrellas… pensé que el cielo que tanto adoraba contemplar se había perdido…

Esa noche odié el bosque por su falsa seguridad, odié la traviesa duendecilla por haber llegado a mi mundo y haberlo puesto de cabeza y me odié a mi misma…

Y Dios contemplaba mi angustia y sonreía ante la ingenuidad con la cual me entregaba a la pena… Decidió recordarme que debía levantar mi cabeza… porque hay aun más belleza que la de ese cielo lejano que se reflejaba en el arroyo.

Envió varios Ángeles a hacerme compañía, pensé que se quedarían a mi lado en silencio, pero no fue así… cada uno habló sobre mi mundo… cada uno de ellos era un reflejo de mis facetas y juntos me mostraron los errores que yo avergonzada tuve que aceptar. Y no solo los acepté, sino que me hice conciente de ellos para evitar con toda mi humanidad volverlos a cometer.

Así desapareció la culpa…

Y la noche oscura le dio paso a un amanecer que era una promesa eterna.

Levanté mi cabeza y vi todo lo que había ganado… no solo el cielo que se extendía infinito y hermoso sobre mí, sino que vi los árboles que ofrecían sus frutos para alimentarme y su sombra para cobijarme, el arroyo que antes había sido solo un espejo de la belleza de mi mundo, me invitaba ahora a sumergirme en El y refrescarme, y aquella duendecilla visitante cuya decisión cambió mi realidad no era ya un intruso en ese rincón de bosque… Yo debía seguir mi camino…

Que si a ratos quería quedarme para seguir mirando el arroyo? Pues mentiría si dijera que no… La comodidad de lo conocido es tentadora…. Y no se que cosas puede tener el camino mas adelante, no conozco el bosque así que todo se vuelve un descubrimiento.

Las cosas se ven diferentes cuando te atreves a mirarlas sin el velo de la lujuria o del deseo ferviente de lo que quieres que “parezcan ser”

Algunas decisiones han sido más difíciles que otras hay quienes dicen que esa duendecilla traviesa no puede ser una amiga, y que por el contrario le hará daño a mi camino… Otros dicen que ese rincón del bosque es traicionero y que debo alejarme cuanto antes sin volver jamás a mirar atrás…

Que pienso? Que la claridad que ahora arropa mi vida me permite contemplar ese rincón del bosque con tranquilidad y ver a la duendecilla feliz y sentirme feliz por ella.

Pienso que viví mucho tiempo en ese bosque como una errante princesa que desconocía que había un reino que esperaba por ella, porque la sumisión es mi reino y yo me siento la princesa mas afortunada al entregarme… Pienso que al asomarme al arroyo veía la belleza del cielo, pero no veía mi propio reflejo porque quería esconderme de mi misma.

Pienso que mi amiga tenía razón…

He ganado mucho…

Me siento como una niña a punto de vivir una gran aventura… he vivido muchas... Pero la mejor sin duda es siempre la que está por venir.

Por ahora ya empaqué mis cosas y comienzo a caminar… Creí que debía caminar sola un tiempo… pero no es del todo cierto, me acompaño en este viaje, redescubriéndome sumisa, reencontrándome con aquella joven que buscaba entregarse para ser libre. Cada día es una oportunidad de redimirme las culpas, porque a la persona que más le debo es a esa sumisa hermosa y valiente que vive en mi y a quien no he valorado como merece porque me había sentado a esperar que alguien lo hiciera primero…

Me espera un mundo allá adelante… y he decidido ir por El… Espero que la próxima parada sea cuando conquiste la meta.. y sino, que sea un descanso… pero nunca mas un escondite.

1 comentarios:

iara dijo...

Sabes Vero... al leerte me reflejo en tus palabras. Y enespecial lo que te dijo tu amiga que no habias perdido sino ganado...
A la larga a veces no sabemos cuanto ganamos porque nos aferramos a un fantasma y creemos que es el mejor del mundo.
Se que no todas las personas son iguales pero también que hay muchas que no son leales, son mentirosas, manipuladoras y quieren hacernos creer que no servimos para nada. Lo aprendí a golpes y ahora seré mas selectiva. Y no porque me calienten la oreja los creeré. Ahora no quiero palabras, quiero actos...
Aun estoy muy dolida, muchisimo... pero sanaré..
Animo Amiga, cosas buenas vienen
besos
iara